Raspberry Pi + Recalbox, configurado desde Mac

Por fin me he decido a montarme un Raspberry Pi, el modelo 3 para ser concreto, y configurarla con el sistema operativo para emulación de videojuegos Recalbox. La verdad es que no es nada complicado. Muy fácil, en serio.

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El interface de Recalbox

Eso sí, como siempre, para los que somos usuarios de Mac existe algo menos información de todo lo que tiene que ver con el software y su configuración, y la que hay cuesta un poco más de encontrar. De ahí mi pequeña aportación con este post.

¿Qué no sabes de que va esto de la Raspberry Pi? Mira este vídeo de Alejandro Pérez, que lo explica muy bien.

Pues bien, empecemos.

 

¿Qué necesitas para montarte una Raspberry Pi?

(Añado los links a los productos específicos que he comprado yo, por si te puede servir)

——— Raspberry Pi 3
——— Caja + Cargador + Disipadores de calor (Pack)
——— Tarjeta de memoria microSDHC

De cajas y tarjetas de memoria hay de todos los precios y acabados. Tu mismo.

Para la caja busqué una que estéticamente me gustara y que no fuese de las más baratas, ya que las veía algo chunguillas de calidad. También me pareció interesante que el alimentador de corriente tuviese un botón de encendido y apagado —no todas lo tienen—, ya que de lo contrario debes desconectarla cada vez de la corriente. Un poco rollo.

Lo único que puedo recomendarte de la tarjeta es que sea de clase 10 y lo más rápida posible. En mi caso opté por una SanDisk Ultra de 64 GB, Clase 10 y una velocidad de lectura hasta 80 MB/s.

A mi, en el momento que lo he comprado me ha salido todo por unos 77 €.

Ojo, a parte de lo que es propiamente la Raspberry Pi te haría falta algún pad y un cable HDMI para conectarlo a la TV. En mi caso ya lo tenía.

 

Montar la Raspberry Pi 3

Aquí los pasos que he seguido. Lo primero ha sido el unboxing del material recibido.

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La Raspberry Pi 3, pequeña pero matona.

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Esta es la caja más discreta y que más me gustó.

1. Poner los disipadores a los chips de la placa. Es tan sencillo como engancharlos encima. Vienen ya con el autoadhesivo.

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En verde y de forma cuadrada el disipador de la cara de la tarjeta.

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Y aquí el disipador del dorso, de color cobre.

2. Abrir la caja, insertar la placa, cerrar nuevamente la caja y collarla con los tornillos. (Fácil, fácil. Sólo necesitas un destornillador pequeño de estrella, que venía en mi caso en el kit que compré).

3. En mi caso la caja venía con unas gomas para dar estabilidad a la base.

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 Instalar Recalbox

Antes de nada hace falta descargar Recalbox de su página web. También preparar la tarjeta de memoria formateándola. Aunque normalmente he visto que se recomienda SD Memory Card Formatter, un programa específico para formatear la tarjeta SD, yo lo he hecho con la aplicación que viene en el sistema del Mac (Utilidad de discos) y ningún problema. Lo único es tener en cuenta que debe formatearse como MS-Dos.

 

Instalar roms

En mi caso conseguí una imagen ISO con todos los emuladores que buscaba y sus correspondientes roms. Lo descargué del enlace de este vídeo de Youtube de El Señor de los Jueguillos.

Para pasar la imagen a la tarjeta en Mac utilicé el programa ApplePi-Baker.

Una alternativa a lo de la imagen ISO es ir añadiendo los emuladores y juegos a tu antojo, accediendo y ubicándolos en la tarjeta.

 

Sistemas emulables

Aquí el número de sistemas es muy extenso. Desde consolas de 8 bits como la Nes, de 16 bits como Super Nintendo o Mega Drive, hasta la mayoría de portátiles.

Pero, no sé si estarás conmigo, ¿tiene sentido, por ejemplo, emular Game & Watch en una pantalla de 40 o 50″? Incluso los juegos de Game Boy me parecen una atrocidad, ya que como otros muchos sistemas, se pensaron para ser vistos, consumidos, jugados en pantallas de unos pocos centímetros, en unas resoluciones de pocos píxeles.

Puede hacer gracia tener el juego o el sistema instalado pero, yo por lo menos, no creo que acabase jugando. Creo que cada emulador debe estar presentarse en, por lo menos, una máquina similar a la original, si es que no puede ser esa misma. En la misma línea, tampoco me veo jugando a cualquier Zelda en una máquina arcade, como hoy ofrecen muchas de las empresas que fabrican recreativas con emuladores.

También creo que es importante cuidar el «con que se juega» en cada sistema. Yo por ejemplo me gusta jugar con el pad de Super Nintendo a las roms de este sistema y, en cambio, no me gusta jugar con las roms de Mame con este mismo pad, y me decado con un arcade stick. Si, lo sé, tienes que acabar teniendo varios mandos, pero la sensación para mi es muy diferente. Eso sí, si tuviese que elegir una sola opción para todos los sistemas me quedaría con el arcade stick.

Contradictoriamente a lo que me esperaba, jugar a juegos de Game Boy no está mal. No tiene nada que ver a jugar con una Game Boy tocha y un cartucho o roms con Evedrive, pero tiene su gracia. De hecho no parecen juegos de Game Boy. Incluso me ha gustado probar títulos como Mario Clash para Virtual Boy.

De los que he probado para mi tiene sentido Snes, Mega Drive, Master System, Mame, incluso Atari 2600.

Con MSX creo importante añadir un teclado USB ya que yo, por lo menos, jugaba con mi MSX mucho con teclas (también en algunos juegos con joystick). O en Nintendo 64 el mando es también muy especial.

Sistemas emulados
Aquí hay una lista muy larga. Desde … hasta. Eso si, no sé si estarás conmigo pero hay muchos que carecen de sentido. Tal vez haga gracia tenerlos, pero son poco agradecidos. ¿Emular Game & Watch en una pantalla de 50″?

Aquí dejo algunos vídeos que vi y tal vez te puedan ir bien
— Una comparativa de Retropie vs. Recalbox
https://www.youtube.com/watch?v=TKAUuqBVY_M#t=252.3199

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